En Medicina, comenzó a utilizarse a partir del año 1953, aunque ha sido a partir de los 90 cuando se ha generalizado su uso, mostrándose como un tratamiento muy eficaz ante muchas enfermedades.
El ozono es un buen analgésico y antiinflamatorio, así como un desinfectante poderoso y eficaz ante bacterias, virus y hongos. A su vez, tiene la capacidad de estimular el sistema inmunitario y el sistema de defensa antioxidante enzimático.